“Nuestra iniciativa responde a una realidad que no puede seguir ignorándose: las maestras y los maestros de México enfrentan barreras burocráticas inhumanas cuando intentan cambiar de centro de trabajo, aun en situaciones de salud, violencia, reunificación familiar o seguridad personal.
Actualmente, la ley exige un mínimo de dos años de permanencia en un mismo centro de trabajo para poder solicitar un cambio de adscripción. En la práctica, este requisito se convierte en un verdadero obstáculo que puede prolongarse incluso a tres ciclos escolares debido a la falta de convocatorias oportunas por parte de la USICAMM y a la escasez de plazas disponibles, expuso Domínguez.
Proponemos reducir ese periodo obligatorio a un año, manteniendo las excepciones por causas de fuerza mayor, con el fin de humanizar y flexibilizar el sistema, sin comprometer la planeación educativa ni el respeto a la normatividad.
Esta propuesta nació de escuchar los testimonios de docentes chihuahuenses que se han acercado a nosotros con casos dolorosos: madres que no pueden estar cerca de sus hijos, maestros con enfermedades crónicas sin acceso a tratamiento, educadores víctimas de violencia que no ...